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Post parto

Después del parto hay una preocupación que se repite en la mayoría de las madres salvo en aquellas que están tocadas con una varita mágica y recuperan su figura con una facilidad pasmosa. La obsesión de volver al peso previo al embarazo y de mirarse al espejo y sentirse bien aunque en algunos casos no pasa de ser una preocupación ligera, en otros puede provocar sensaciones de frustración. Por eso no está de más dedicar nuestro artículo de hoy a una serie de consejos post parto que pueden venirte muy bien si estás en esta situación o tienes previsto ser mamá.

Lo primero que debes hacer es aceptar que acabas de pasar por un proceso maravilloso en el que tu cuerpo ha necesitado adaptarse para acoger a esa personita que ahora forma parte de tu vida. No se trata solo de una cuestión estética, hablamos también de todo un reajuste físico que debe producirse en nuestro organismo. Por eso es importante intentar volver a la normalidad de manera paulatina, sin agobios y sin proponerse objetivos rápidos. La Asociación Americana de Fisioterapeutas recuerda que después del parto no se trata solo de perder los kilos de más. Hay otros aspectos fundamentales que no debemos perder de vista en las 6 semanas siguientes al parto.

Pide ayuda. Así como suena, no intentes ser la superwoman que puede con todo. Hay cosas como coger peso que son contraproducentes. El único peso que debes coger es el de tu propio hijo. Es importante que intentes descansar y que realices tareas acordes con tu situación y sin forzar la máquina.

Aprende a respirar de nuevo. Puede parecer extraño pero durante el embarazo ha crecido tu útero y ha empujado el diafragma hacia arriba. Por eso le cuesta descender durante la inhalación. Un fisioterapeuta te ayudará a restablecer el funcionamiento natural.

Cuida tu abdomen. Ha realizado un gran esfuerzo durante el embarazo y hay actividades que pueden perjudicar su recuperación. Realizar abdominales está completamente desaconsejado en esos momentos ya que pueden empeorar la situación. Lo mejor es realizar suaves ejercicios que se irán incrementando en potencia a lo largo de las próximas semanas.

Recuerda que tienes suelo pélvico. Y por eso debes trabajar sus músculos. Junto con los músculos abdominales, si te centras y realizas los ejercicios adecuados conseguirás grandes resultados. Además te servirán de gran ayuda para el día a día con tu bebé. Cogerlo, entrar y salir del coche, son tareas que repetirás constantemente y tu cuerpo agradecerá estar preparado para tanta tarea. Además, si fortaleces tu suelo pélvico también recuperarás antes tu vida sexual con normalidad y prevendrás una de las dolencias más comunes entre las mujeres tras el paro, la incontinencia urinaria.

Si te han hecho cesárea cuidado con los ejercicios abdominales. Si notas dolor puede que estés realizando los ejercicios de manera incorrecta o que te hayas acelerado a la hora de empezarlos.

Duerme siempre que puedas y que tu cuerpo te lo demande. El descanso es la mejor manera de recuperar la vitalidad. Si estás cansada todo lo verás desde un punto de vista más negativo y cualquier problema, una tarde con más llantos de lo normal o una visita que se alarga más de la cuenta, te hará venirte abajo. Pero si has dormido bien, estarás más relajada, y todo serámucho más llevadero.

Disfruta de un agradable paseo con tu familia. En cuanto te sientas con fuerza para caminar no desaproveches la oportunidad de salir y compartir ese momento con tu bebé, tu pareja o alguna amiga.

Apúntate a clases de yoga. Las hay preparadas para poder acudir con tu pequeño y disfrutarla con otras madres que están pasando por tu misma situación. Se convierten en algo más que una buena manera de ponerte en forma. Son espacios en los que compartes preocupaciones, situaciones similares y puedes comprobar que lo que a ti te parece un mundo es pura anécdota cuando el resto te cuentan sus problemas.

Lee y no te centres solo en libros dedicados a los cuidados del bebé. Es muy frecuente que después del parto te regalen o te compres libros para ser la mejor mamá del mundo y para intentar entender todo lo que le pasa a tu niño. Pero no debe convertirse en una obsesión. Busca lecturas amenas, novelas que te gusten y te hagan desconectar al menos durante un tiempo.

No te olvides de tu pareja. Es tal el cambio que experimentas que muchas mujeres convierten al niño en el único objetivo de su día a día. Es fundamental que sigas buscando huecos para tu pareja y que compartas todas tus preocupaciones. Hazle partícipe de todo lo que tiene que ver con el bebé y anímale también a que pase ratos a solas con su hijo. Aprovecha ese momento para darte una ducha relajante, o prepara el plato que tanto le gusta.

Planea una salida con tus amigas. Una cena tranquila puede ser perfecta. Eres madre pero eso no quiere decir que debas olvidarte del resto del mundo. Aunque no lo puedas hacer todas las semanas organízate para quedar con las personas que son importantes para ti. Tomar una café con tu amiga de confidencias es una de las mejores terapias para contarle tu experiencia y también las cosas que te preocupan.

Y sobre todo no olvides de aprovechar al máximo el momento que estás viviendo.  Te recuperarás pronto y te sentirás la mujer más feliz del mundo si te lo tomas todo con un poquito de calma y poniéndole la mejor de tus sonrisas.

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