Es posible, Olé Working Mother
Cristina es una mujer de 43 años, emprendedora, luchadora como ninguna y madre. Cuando empieza la jornada sabe que en las mochilas de sus hijas no puede faltar de nada porque Bea (11 años) y Diana (6 años) necesitan recargar las pilas varias veces a lo largo del día. Cristina emprendió hace 10 años una aventura junto a su marido, un viaje muy intenso que la ha traído hasta aquí y que la ha convertido en una de las profesionales de la estética con mayor pasión de nuestro país. No hay día que no piense en sus clientes, en sus emociones cuando se ponen en manos de los profesionales que los centros de Medicina Estética Cristina Álvarez selecciona con tanto esmero y, sobre todo, en la manera de acercar la belleza a todo el mundo. Porque Cristina es una mujer que sabe lo importante que es dedicarse unos momentos para uno mismo, una necesidad que se acentúa de manera especial cuando te conviertes en mamá. Es entonces cuando los espacios para cuidarse quedan reducidos al máximo y cobran mayor protagonismo cuando se consigue una hora para un tratamiento facial que acabe con tus ojeras o una extensión de pestañas que te haga sentir especial.
Todavía le parece mentira, cuando echa la vista atrás y ve la gran cantidad de cosas que han pasado desde que abrió su primer centro en Madrid. Y por eso no se cansa de animar a todas esas mujeres que, como ella, se deciden a emprender una nueva aventura empresarial. “A todas les digo que no tiren la toalla cuando piensan que no lo van a conseguir y también que, especialmente, se apoyen en las personas que les aporten la energía positiva que tanta falta hace cuando abres un negocio. Solo el tesón y rodearte de gente que cree en el esfuerzo colectivo, en el día a día, te ayudarán a cumplir con tu objetivo. Ahora somos más de 100 personas las que formamos el GRUPO CRISTINA ÁLVAREZ. Y eso es algo que me llena de orgullo.”
Para llegar hasta aquí no todo ha sido un camino de rosas. “Hay que trabajar mucho pero también hay que apostar. Por las nuevas tecnologías, por lo más novedoso en el mercado, pero sin olvidar que la belleza y la estética tienen muy buenas costumbres que no debemos perder. El gusto por los tratamientos en los que las manos son las protagonistas, el trato cercano y personalizado con el cliente, son fundamentales. Por eso trabajamos por encontrar el equilibrio perfecto entre el futuro y lo cotidiano. Y el futuro nos marca tendencias como las que te encuentras cuando sales de tus cuatro paredes. Las madres tenemos para eso un especial sentido de la orientación. Sabemos estrujar al máximo los recursos que tenemos a nuestro alrededor pero, a la vez, miramos siempre hacia el exterior para mantener el ritmo que nos marcan nuestros hijos.” Algo que Cristina aplica además a su faceta empresarial. “No te puedes mantener al margen de lo último y menos en un sector como el nuestro que se está continuamente reinventando. Por eso acudir a ferias internacionales como Cosmoprof en Bolonia es una cita obligada. La mayoría de los avances que encontramos están centrados en mejorar el bienestar del cliente.” Y esa sensación es la que como mujer y madre te da las vitaminas que necesitas para seguir dándolo todo.