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Beneficios del ácido hialurónico

Nuestro cuerpo tiene ácido hialurónico en tejidos y en órganos de nuestro cuerpo como los cartílagos y, mucho más conocido por los tratamientos estéticos, en nuestra piel. Cuando somos jóvenes su presencia es elevada pero a medida que cumplimos años esta sustancia empieza  a disminuir hasta el punto de que cuando tenemos unos 50 años en nuestro organismo queda solo la mitad del volumen de ácido hialurónico que nos corresponde. Es precisamente esa pérdida la causante de las arrugas y de la pérdida de firmeza y volumen de nuestra piel.
Su gran virtud es que tiene una capacidad inmensa para atraer y a la vez retener el agua y por eso en cosmética se ha convertido en uno de los ingredientes más valorados tanto en las cremas que podemos encontrar en farmacias, centros de estética, incluso en los supermercados, como en los tratamientos antiedad empleados en los centros de medicina estética. No solo consigue dar un aspecto rejuvenecido e hidratado a la piel sino que, de manera paralela, mejora las líneas de expresión y rellena las pequeñas arrugas que delatan nuestra edad.

El ácido hialurónico y su historia en el mundo de la cosmética

Debemos agradecer a dos farmacéuticos alemanes su hallazgo. En 1934 consiguieron aislar una sustancia que hasta entonces no había sido reconocida y que encontraron en el cuerpo vítreo de los ojos de las vacas. Se dieron cuenta, Karl Meyer y John Plamer de que se trataba de una sustancia muy viscosa y le buscaron aplicaciones. El problema era que no resultaba fácil extraer grandes cantidades a través de estos animales. Pero fueron otros, los gallos de corral, los que inspiraron unos años más tarde a otro científico, en este caso, húngaro. Consiguió sintetizar ácido hialurónico con las crestas de los gallos. Pero se tardó todavía más de 50 años en encontrar aplicaciones cosméticas.

Fue en los 90 cuando empezó a utilizarse en cosmética, al principio en forma de viales que se inyectaban y que recuperaban de manera casi inmediata la hidratación y el volumen perdidos por nuestra piel. Se consigue un efecto de piel rejuvenecida y detener de esta forma, en parte, los efectos del paso de tiempo.

Pero los avances han sido rápidos y ya no es necesario inyectarse en casa esos viales, ya son infinitas las cremas y serum que contienen ácido hialurónico.  Será nuestra piel la encargada, posteriormente, de absorber su contenido y dar un nuevo aspecto a nuestra piel.
Su aplicación es muy sencilla ya que se inyecta donde no hay músculo trabajando de manera directa la zona, siempre bajo la piel, donde se encuentra la arruga que queremos tratar. Una de sus grandes ventajas es que no necesita la realización de un test de alergia ya que al tratarse de un componente natural reabsorbido por la piel no altera ninguna de las características de la piel.
Una de las últimas revoluciones a la hora de utilizar ácido hialurónico es ingerirlo… tal y como lo oyes, en pequeñas cápsulas. Sus beneficios van dirigidos especialmente a mejorar la salud de nuestras articulaciones y también del estado de nuestro cabello y nuestra piel ya que trabaja desde el interior con el fin de renovar el que, irremediablemente, vamos perdiendo. No olvidemos que son muchos los alimentos que también lo contienen y que hay suplementos alimenticios que lo llevan dentro de su fórmula farmacéutica.

Los beneficios del ácido hialurónico en la la Medicina Estética

A la hora de trabajar con esta molécula podemos hacerla con la de bajo peso molecular que trabaja de manera muy activa en la creación y migración de células fundamentales, por ejemplo, en los procesos de cicatrización. Por eso resulta de gran eficacia en los tratamientos que buscan combatir el envejecimiento. Cuando se utiliza la molécula de alto peso molecular no se consigue penetrar en la piel, se queda en la superficie hidratando y evitando de esta manera que siga produciéndose una pérdida de agua superficial. Así se consigue la efectividad en la tensión de la piel y el relleno de las arrugas. Una de sus grandes virtudes es que tiene capacidad para retener agua en una capacidad que supera en miles de veces su peso.

Pero además, no solo retiene el agua evitando la deshidratación de la piel, también estimula de manera paralela la producción de colágeno de nuestro organismo de manera natural. Por eso el listado de aplicaciones del ácido hialurónico en medicina estética es realmente infinito.

  • Tratar las patas de gallo
  • Trabajar en la zona de comisuras y contorno de labios
  • Tratar los surcos a ambos lados de la nariz (nasogenianos)
  • Aumentar el volumen de zonas del rostro como pómulos, labios…
  • Reducir las marcas provocadas por un acné agresivo

Como ya habéis podido comprobar, este gran amigo da mucho de sí, os prometemos dedicar de vez en cuando este espacio para seguir comentando sus grandes virtudes, aplicaciones y novedades. Y, por supuesto, no os olvidéis de hacernos llegar vuestras propias experiencias que, ya sabéis, nos encantará compartir. No hay mejor manera de conocer las grandes aplicaciones del ácido hialurónico que aprenderlas entre todos.

 

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